Las Muertes en la Radio de mi Vida

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25 de Enero de 2013. Mi primer post del año (y ya ando de nena, lol), el primer viernes contentriste y el segundo post en este blog que abordará un tema recurrente para mi: La Radio.

No sé si recuerden, hace algunos (muchos) ayeres confesé aquí, en mi loquero virtual de confianza (AKA blog), la importancia que tiene en mi la radio, y por ende, las labores de Un Locutor.

Un día como hoy, viví por 3era vez una muerte radiofónica. Un verdadero balazo directo a mi corazoncito pankoálico. Y, con el transcurrir de los eventos presentes y los muchos "adiós" dichos, recordé cual película ante mis ojos, una pequeña historia. La historia de las muertes en la radio de mi vida. Claro, no son muchas, pero quizá resulte que sí lo son.

Todo comienza con el número 1, el preludio: Rock 101



Si bien no tengo recuerdos claros de dicha estación  (ya que para cuando salió del aire era a penas una mozalbeta de 6 años), tengo memorias grabadas a fuego de las personas a mi al rededor y Rock 101. Recuerdo a mi hermano "evangelizándome" con buena música y las sabias enseñanzas del Rock. Recuerdo sus cátedras radiofónicas y sus atentados al corazón de mis padres al enseñarle trucos "rockcientoúnicos" a su morra hermana. 

Afortunada o desafortunadamente, Rock101 NO fue una muerte en la radio de mi vida (o tal vez sí pero lo he reprimido.. quién sabe, já!) sin embargo, claro que abrió la puerta a la estación que sí sería la primera (y tal vez, la más dolorosa) muerte de la radio en mi vida: Radioactivo 98.5



Y digo que Rock 101 abrió una puerta porque, si no hubiera sido gracias al interés que Rock 101 abrió en mi hermano, quien lo transmitió a mi y generó una necesidad a buscar algo de una calidad similar, algo que asemejara, algo... simplemente algo, nunca habría llegado a Radioactivo.

En fin, pues me crié de la mano con el 98.5, recuerdo guardar los consagrados $10 (que se suponía debían ser para comprar el lunch en el recreo) y comprar de aquellos radios desechables de plástico. 



Sí, de esos. Y todo para ser capaz de escuchar Radioactivo en mi regreso a casa, en las idas por la mañana, en mis viajes a la tortillería... básicamente en todo momento. 

No sé qué tanto se pueda catalogar de "Bueno" o "Malo" pero muchos de los pequeños detalles y aspectos que hoy en día me conforman como un todo, como una persona, germinaron ahí, cual frijolito entre algodones.  Muchas de las  ideas , de los sueños, de las metas incluso, se iniciaron en parte gracias a ellos. Me formaron en la dulce e inocente infancia, alegraron e incluso encabronaron (já) en la adolescencia y el día que se fue, fue como perder una parte de mi vida. 

Bang! 

Primer Balazo. 


Y esque pueden llamarme ñoña, ilusa, clavada, o señalarme con las etiquetas que prefieran, pero la Radio, no es simplemente "Radio" para mi.  La radio, sus programas, sus locutores y la magia que esta puede desarrollar son algo sublime

Esa hermosa capacidad de verlo todo y no ver nada al mismo tiempo. Sí, verlo con los ojos de la imaginación, no los que están en la cabeza. Sentir una plática íntima en un medio tan masivo, porque cuando escuchas al locutor, no sientes que le habla a una multitud de cientos/miles de personas, sientes que te habla a ti. 

Por esa misma magia, desde muy temprana edad decidí lo que quería hacer de mi vida, supe que quería hacer radio, compartir ese efecto que yo sentía, e incluso mejorarlo o exaltarla para aquellos que no la apreciaban y/o sentían de esa misma forma se interesaran... En fin, eso ya va completamente off topic. Siguiendo con la lista:

La segunda de las Muertes en la Radio de mi Vida fue una estación pequeña, que a duras penas lograba escuchar si hacía circo, maroma y teatro para captar la señal. Una emisora de Toluca, llamada Neurótica FM



Ella llegó a mi vida en el momento en que la radio mexicana, no causaba ya nada más que suspiros de tristeza. Llegó en el momento en que penaba el luto por 98.5.

El 102.1 (Neurótica FM) manejaba un concepto muy similar al de Radioactivo, no sólo por los auto-promocionales únicos y divertidos o el género musical. Programas que iban de un variado entre la lectura, discusión y recomendación de libros (La Sociedad de Libros Miskatonic) hasta noticieros de calidad, fondo y de una forma amena. 

Tristemente, duró muy poco. Cuando recién comenzaba yo a tomarle amor, cariño, anhelo y a aferrarme a ella como la tabla de salvación para la radio de mi vida... desapareció. 

Bang!

Otro balazo 

Posteriormente, surgió el pequeño haz de esperanza con el anuncio de Reactor 105-7. La promesa de,  no una repetición de Radioactivo, sino una segunda oportunidad de reconciliación con la radio. La nostalgia de escuchar viejas voces tan queridas y extrañadas, la ilusión de revivir esa magia radiofónica, el entusiasmo de ese regreso...

Sí, tal vez se pregunten el porqué mencionar a Reactor dentro de mi lista de muertes cuando, bueno... sigue viva. Sin embargo, en ese espectro radiofónico que es "La Radio de mi Vida" ya no lo está.

En un principio, escuché Reactor con todo el cariño, ilusión y disposición posibles. Posteriormente se transformó en una suerte de... terquedad, una especie de conducta donde no era verdaderamente el contenido, el formato o la propuesta lo que me mantenían ahí. 

Era únicamente el pasado. 

El recuerdo a las épocas doradas del 985, el cariño a los locutores de antes, misma conducta que se vio rota cuando resultó el gran combo breaker de que ahora, incluso las voces que yo tanto quería e incluso la esencia de estas habían cambiado, y no para bien. Problemas, rencillas, algún incremento en "los aires" de algunos, etc. 

Seré sincera, y ahora que (según yo) soy más neutra y menos visceral y no cegada por el pasado amor a Radioactivo.  En mi opinión, aunque habían programas dignos de destacar, que mantenian viva esa magia radiofónica,  (como lo era Hexen con Clauzzen) Reactor no rescataba en nada un formato diferente, y no es que lo juzgara esperarando una copia exacta de Radioactivo, pero... no había personalidad en su estación y, sobre todo, (a menos yo) no sentí esa magia radiofónica de nuevo

Cuando escuchaba sus programas no me sentía en esa plática íntima en medio del espacio masivo. Tal vez es estúpido pero.. comparémoslo a eso llamado "química" en el amor. Simplemente, no sentí maripositas en el estómago con Reactor, y fue para mi, una estación fría.

No, Reactor no fue una muerte. Aquí no hubo "Bang!", pero sí que hubo una pequeña cortadita.

Por último (y no por ello menos importante) llega hoy el factor generador de este post. Ibero 909 FM. 



Nuevamente sí, sé que la -estación- sigue funcionando. Pero lo que hoy terminó fue un programa que, para mi, era como una estación dentro de una estación (¿Radio-ception?). 

Si bien 909 tiene un formato agradable, con una barra de programas bastante diversa y cada uno con una esencia, había en específico uno. Uno que si digo que era como una estación dentro de la misma estación es porque generaba su propia magia, su propia esencia, su carisma y, sobre todo, causaba mi alegría. Me refiero a ese programa llamado Buenos Días Santa Fé (sí, sabemos que el "Fé" no lleva acento, pero también.. sabemos que a usted no le importa je!)



Tal vez no soy una RadioHipster que pueda jactarse y decir "yo los escuchaba desde los inicios, weh", tal vez me arrepiento de no haberlo hecho más tiempo pero... el tiempo que los escuché, escarvaron un lugarcito en mi corazón. Alegraron mis terribles mañanas camino a la escuela y cuando, impuntual, no lograba llegar a mis clases de las 7 (que claro! Eso casi nuuuunca me pasó.. yearite.) y me resignaba a tirarme en algún sillón de la biblioteca, riendo sola y en silencio mientras escuchaba por audífonos las alegres pláticas, noticias y discusiones que este trío se armaba.

Me acompañaron también en mi transición de estudihambre a Srita. Godinez, hicieron llevaderos mis trayectos cargados de tráfico, riendo sóla a bordo de "Rambo" (mi carro) y descubriéndome a mi misma feliz de despertarme cada día con tal de poder escucharlos. 

Con ellos sentí esa magia, sentí esa conversación íntima donde llegó a un nivel más. No era que yo sólo sintiera que ellos me platicaban a mi, sentía que ellos, y quienes los escuchábamos, platicábamos todos juntos. Escuchar los desahogos, los gallos matutinos, todos hacían que el formato de convivencia de este programa no fuera sólo uno con locutores y escuchas, sino toda una pequeña-gran comunidad que se loleaba entre ellos. 

Hoy, que escuché este "Adiós BDSF" por 7 horas sentí la alegría de tenerlos por tanto tiempo, mientras el nudo en mi estómago me decía "No olvides que igual terminará". Mientras estaba en la oficina reprimí lágrimas hasta que al final salieron y sólo desperté curiosidad con los Godinez a mi alrededor. 

Y claro, siendo desde hace 3 años mi último balazo al corazón, recibir el de hoy de una forma tan... bella, ahora sí que Killing Us Softly (y sweetly) me hizo caer en esta especie de nostalgia.

Me alegra haber experimentado este adiós, me alegra que hoy en día sea tan fácil ecucharlo de nuevo. Recuerdo cuando las otras 2 muertes se dieron... sólo quedé con algunos cassettes que no alcanzaron para grabar todo el adiós, contar con esa pequeña cápsula del tiempo... es blissful.

Hoy (de nuevo), quedo a la deriva en la radio. Si bien Ibero 909 continúa ahí, esa magia única, no la he experimentado con otro programa ahí... De momento sólo me queda decir:

Bang! 
El tercer balazo.

Sí, esa fue la 3era Muerte en la Radio de mi Vida. 

Duele, es triste, pero a la vez es confuso, es todo un torbellino de emociones donde tengo una especie de sentimiento vacío-lleno, contentriste, satisfacción y puchero... Je! 

Al final, no estuve todo el tiempo que me habría gustado, pero fue el suficiente. El suficiente como el de una serie que nunca tuvo un sólo capítulo malo, que amé de inicio a final y que anhelaré ansiosa volver a verla continuar (*coff, coff* Better with you *coff coff*)

La Radio de mi Vida ha sufrido hoy una baja más, espero encontrar nuevo recluta para sus filas y si no encontrar, espero poder luchar y crear un día alguno, alguno que logre causar de cerca, aunque sea en ínfimo porcentaje, lo que estas experiencias radiofónicas causaron en mi. 

¿Por qué? 

   Porque la radio, no es sólo Radio.   



Y bueno, la canción que siempre quise escuchar en #BDSF y nunca se me hizo completa.


This is the end, my only friend.. the end ~



>>>>>>> HAIL TO THE PANKOALA <<<<<<<<<
Ps: Have you seen any vampires lately...?